1.
En el tren de Bolonia a Venecia. A mi derecha dos africanos hablan en un dialecto muy musical. Esporádicamente intercambian palabras en inglés, y cuando hablan en inglés pronuncian las erres como tambores que redoblan. El sol, entre los árboles y postes, parpadea en la ventana. Por los parlantes una voz simpática anuncia que la próxima parada es San Pietro di Casalle. El tren empieza a frenar. Uno de los africanos se pone unos lentes pequeños, abre un libro y, antes de empezar a leer, acerca su cara al vidrio y mira por la ventana. Y todo el tiempo, voy pensando en vos.
9.
- ¡Acá no queremos místicos! - gritó el falso Mesías levantando un crucifijo en alto. Y le llovieron corazones rotos desde todas partes.
Cuando por fin el falso Mesías dejó de vivir, se encendieron las luces del teatro.
El público se retiró enojado, pidiendo a coro que les devuelvan el importe de la entrada, y los corazones.
caf.- Bitácora del corazón roto. Ediciones Yaugurú. Montevideo, Uruguay. Diciembre de 2012.
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