Es el fin del mundo, tía Berta
*
Si el humano expresara sin miedo la necesidad de comerse a otros
ya nos hubiéramos evaporado pero humanidad
es un cabello de ángel que se pasa en tu caldo
si el humano expresara el deseo de penetrar y ser penetrado
en el rincón más oscuro de la cabeza, una o dos veces
podríamos juntarnos
jugar al gallo ciego con fierros en el puño
pero tenés miedo de andar a tientas
te quitaste las vendas, armaste un envoltorio
y escondiste aquello que dirías
si fueras sonámbulo
* *
No se por qué a veces el día empieza muy suave
cada ser despierta de un sueño de mil años
el cascabeleo de la brisa y hojas
aletas de un ventilador giran como extremidades
en las patas delanteras del perro, busca leche el gato oscuro
y forcejea con la palabra maldito
cada habitante de esta casa, cada habitante de cada una
se despereza como si formáramos
parte del mismo otoño
borrar de un movimiento aquellas diferencias
que nos distinguen en el mapa o nos suprimen
inhalamos y exhalamos como en la previa
de tu muestra sobre danzas circulares
cada habitante es un alumno, tía Berta
que mira al patio
* * *
En mi cabeza todo estalló
no es una canción de rock para llorones
que dice nena en mi cabeza todo estalló
en mi cabeza estalló todo
y no vuela por el aire
flota en mi cabeza que no estalla
Gabriel Reches, (1968). Es el fin del mundo, tía Berta. Editorial Bajo La Luna. Bs As, Argentina, abril de 2012.
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Si el humano expresara sin miedo la necesidad de comerse a otros
ya nos hubiéramos evaporado pero humanidad
es un cabello de ángel que se pasa en tu caldo
si el humano expresara el deseo de penetrar y ser penetrado
en el rincón más oscuro de la cabeza, una o dos veces
podríamos juntarnos
jugar al gallo ciego con fierros en el puño
pero tenés miedo de andar a tientas
te quitaste las vendas, armaste un envoltorio
y escondiste aquello que dirías
si fueras sonámbulo
* *
No se por qué a veces el día empieza muy suave
cada ser despierta de un sueño de mil años
el cascabeleo de la brisa y hojas
aletas de un ventilador giran como extremidades
en las patas delanteras del perro, busca leche el gato oscuro
y forcejea con la palabra maldito
cada habitante de esta casa, cada habitante de cada una
se despereza como si formáramos
parte del mismo otoño
borrar de un movimiento aquellas diferencias
que nos distinguen en el mapa o nos suprimen
inhalamos y exhalamos como en la previa
de tu muestra sobre danzas circulares
cada habitante es un alumno, tía Berta
que mira al patio
* * *
En mi cabeza todo estalló
no es una canción de rock para llorones
que dice nena en mi cabeza todo estalló
en mi cabeza estalló todo
y no vuela por el aire
flota en mi cabeza que no estalla
Gabriel Reches, (1968). Es el fin del mundo, tía Berta. Editorial Bajo La Luna. Bs As, Argentina, abril de 2012.
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